Llegaron las fiestas de Salamanca y como todos
los años muchos niños y mayores esperan estas fiestas para ver a los cabezudos.
Desde las
18:30 de la tarde y desde el pabellón de la Alamedilla y hasta el parque de los jesuitas con un
recorrido muy peculiar y escaso de tiempo
los cabezudos hicieron el disfrute de grandes y pequeños.
Catorce cabezudos han protagonizando multitud
de carreras, acompañados por la charanga Granujas a Todo Ritmo.
Jóvenes
cofrades del Prendimiento, con alguno de Amor y Paz y del Rosario como de alguna agrupación
musical son los que están luchando para que esta tradición no se acabe
perdiendo.
(LOS CABEZUDOS FORMAN PARTE DE LA TRADICIÓN DE
SALAMANCA)
Tomen notan la autoridades competentes.
MEDITEN UN POCO Y NO SE CARGUEN LAS TRADICIONES
Todos ellos cuentan con una larga tradición en
el paso del tiempo.
La Lechera,
El Toro, El Negro, La Bruja, El Padre
Putas, El Charro, o El Payaso son algunos de estos singulares personajes.
Desde que
tengo uso de razón, las fiestas las he ligado siempre con la imagen de los
cabezudos, yo no sé porque el interés de que estén fuera de lo que es el
ambiente festivo y con recorridos tan peculiares, con el riego que lleva las
carreras por las calles con la
circulación de los coches.
Yo, como mucha gente seguiremos luchando para que
esta tradición no se pierda, sé que muchos
de los que se meten debajo de estos cabezones piden a gritos un
recorrido seguro, sin riesgos y sin coches una tradición que desde mi pobre
punto de vista debería continuar.
Ahora resulta que alguien está poniendo su granito de arena
en la aniquilación de esta tradición salmantina, dándole la posibilidad de quitar esa tradición en las
festividades de la ciudad, llevándola a las afueras donde no estorben.
Veremos qué sucede porque cuando quiten estos cabezudos y el
tiempo que los niños tienen para jugar y disfrutar con ellos y sigamos una nueva tradición que nos impongan
y nosotros serviles como somos no dudemos en adoptar.
Los peques y
menos peques se lo pasan de miedo.
Ayer mis
sobrinos solo quería ir a los cabezudos, son de fuera pero desde que vienen a Salamanca es con lo que más
disfrutan, pero al paso que vamos no se cuánto tiempo más los veremos por las
calles.
Esperemos que
todos estos niños grandes y pequeños puedan disfrutar de esta tradición
durante mucho tiempo.