La semana santa de mi tierra adolece de dos problemas emergentes. Uno es el grupo de los "Ilustrados", gente que se cree dueña de la verdad absoluta y de la propia semana santa. Gente que se opone a los nuevos aires que poco a poco comienzan a entrar en una semana santa, la de mi querida Salamanca, que no está sobrada de cofrades ni de cofradías, y con un problema real y palpable, el desinterés de los propios hermanos hacia sus propias hermandades.
Éstos "ilustrados", bajo el estandarte del manido término "identidad", se dedican de forma pública y privada, a criticar y desprestigiar a otras cofradías de forma notoria, porque simplemente su "estética" no es de su agrado. Lo curioso es que las críticas siempre van acompañadas del mismo calificativo, para ellos peyorativo: "los sevillanos".
Estos "ilustrados" se paran únicamente en criticar, por decirlo de algún modo, la puesta en escena en la calle, pero no reparan en la vida interna y la acción social que durante el año realizan estas cofradías. Para estos "ilustrados" las cofradías solo existen llegada la cuaresma. El resto del año, les basta con hacer una misa mensual, si es que la hacen... Lo curioso es que estos "ilustrados" pierden la perspectiva de lo que realmente es una hermandad. Una hermandad no es solo poner un cristo y una virgen encima de unas "andas", y procesionarlos llegada la semana santa. Éste es uno de sus fines, el culto público, pero no el único ni el principal.
Las hermandades se sustentan en tres pilares fundamentales: culto público, formación y caridad. Lo curioso es que estos "ilustrados" solo se detienen en el primer punto, pero olvidan los otros dos de forma hipócrita y torticera. Pues bien, señores "ilustrados", si por creer que una cofradía debe de tener y fomentar DURANTE TODO EL AÑO, el culto a sus imágenes titulares, si por creer que deben de tener una vida activa interna de hermandad, fomentar y facilitar la formación a sus hermanos, y colaborar con asociaciones de acción social y caritativa, o simplemente impulsar ellas mismas estas acciones de forma interna, SÍ, YO SOY SEVILLANO.
El segundo problema, y digno de estudio, es la cantidad de trolls que aparecen últimamente por las redes sociales, y que sabiéndose bajo el amparo de cuentas anónimas, con una inusitada "valentía" se dedican a vomitar toda clase de publicaciones llenas de resentimiento y odio, donde desprestigian, insultan y se regodean de los problemas ajenos, llegando a opinar de asuntos concretos internos de las cofradías, con el agravante de no tener ni puñetera idea, con lo que generan de forma consciente confusión.
Servidor, está muy muy cansado de estas situaciones y problemas cada vez más cotidianos, pero mantiene la esperanza que otra semana santa es posible, sin rencores, odios, envidias ni caciquismos. Quizás es que soy demasiado optimista...
Ángel Delgado Gómez