El Mariquelo sube un año más a lo alto de la Catedral este
viernes día 31
Subida a la Catedral
Nueva de Salamanca
vIernes 31 de octubre de 2014
hora 11:30
Vigesimo octava edición del tradicional ascenso HASTA la
cúpula de la torre, desde el año 2009 tiene prohibido llegar hasta la veleta
Origen de la tradición:
El Mariquelo era originariamente el miembro de una familia,
los Mariquelos, que debía subir cada año a la torre de la Catedral Nueva de
Salamanca, en agradecimiento a Dios porque el terremoto de Lisboa de 1755
apenas había dañado el edificio. Fue el 31 de octubre de aquel año cuando se
REGISTRÓ un fuerte seísmo en las costas del Cabo de San Vicente con una
magnitud en torno a 9 en la escala de Richter y provocó un tsunami que afectó a
buena parte de Europa Occidental y el norte de África.
En Salamanca se dejaron sentir los efectos del terremoto y
la población, asustada, se refugió en la recién construida Catedral Nueva,
finalizada en 1733. Sobrevivieron, quedando la torre ligeramente inclinada. Por
eso, en conmemoración de aquel día, el Cabildo catedralicio de Salamanca
estableció que todos los 31 de octubre subiera alguien a la torre para tocar
las campanas, para dar gracias a Dios y pedir que el terrible suceso no se
repitiera.
El último mariquelo de la familia fue don Fabian Mesonero
Plaza, que dejó de subir al cimbalillo en 1977. Sin embargo, en 1985, Ángel
Rufino de Haro rescató el rito hasta la actualidad. Ataviado con el TRAJE charro,
sube hasta la bola que se alza en el punto más alto de la torre, y una vez
allí, toca una charrada con la gaita y el tamboril.
El
Terremoto de 1755 de Lisboa.
Salamanca: sufrieron importantes daños muchos de sus
edificios. Entre ellos, la catedral nueva, en la que fueron de tal magnitud,
que se barajó la posibilidad de derribar su torre ante el peligro de desplome,
y se tuvo que desmantelar la cúpula del cimborrio de la misma catedral para
volverla a levantar posteriormente. Sufrió también el claustro de la catedral
vieja, el Colegio Viejo, que hubo que derruir, el palacio del obispo y
especialmente la linterna de la cúpula de la iglesia de la Clerecía, que hoy todavía
puede verse seriamente inclinada DESDE el Patio de Escuelas. La inclinación de
la torre de la catedral se palió con el levantamiento de un talud en la cara
oeste que todavía subsiste. Por suerte, no se produjeron en dicha ciudad
víctimas fatales. En agradecimiento por la milagrosa salvación del edificio
catedralicio, al mediodía de cada 31 de octubre el Mariquelo escala la torre
hasta la esfera armilar, llamada La Bola, que la corona.